Correr en zona 2: cómo entrenar para mejorar la velocidad

Correr en zona 2 se ha convertido en una de las estrategias más recomendadas para corredores que buscan mejorar su rendimiento sin desgastarse en exceso.  Aunque puede parecer contradictorio, una de las formas más efectivas de progresar es aprender a correr a la intensidad adecuada, no necesariamente más rápido. La zona 2 de entrenamiento representa…

Correr en zona 2 se ha convertido en una de las estrategias más recomendadas para corredores que buscan mejorar su rendimiento sin desgastarse en exceso. 

Aunque puede parecer contradictorio, una de las formas más efectivas de progresar es aprender a correr a la intensidad adecuada, no necesariamente más rápido.

La zona 2 de entrenamiento representa un rango de esfuerzo moderado en el que el cuerpo trabaja principalmente a través del metabolismo aeróbico, utilizando las grasas como principal fuente de energía. 

Esta intensidad permite estimular adaptaciones fisiológicas clave sin generar un gran estrés físico o mental.

En este artículo vamos a explicarte qué es exactamente la zona 2, cómo aplicarla al running, cómo calcularla correctamente y por qué es la base de todo plan de entrenamiento bien estructurado.

Si alguna vez te has preguntado si correr más suave te hace perder el tiempo, aquí encontrarás la respuesta.

Correr en zona 2

Correr en zona 2

La zona 2 de entrenamiento es un rango de intensidad en el que el cuerpo utiliza fundamentalmente el sistema aeróbico oxidativo para producir energía. 

En este estado, el organismo es capaz de metabolizar grasas con eficiencia, mientras mantiene estable el nivel de lactato en sangre, sin acumularlo en exceso.

¿Qué define la zona 2?

La zona 2 suele estar comprendida entre el 60% y el 70% de la frecuencia cardíaca máxima (FCmáx)

Esto puede variar ligeramente según el método utilizado (por frecuencia cardíaca, umbrales de lactato o potencia), pero la clave es que en esta zona:

  • Puedes mantener una conversación sin quedarte sin aire
  • La respiración es controlada y el esfuerzo es moderado
  • El cuerpo está trabajando de forma eficiente y sostenible

A nivel fisiológico, entrenar en esta zona estimula la biogénesis mitocondrial, la mejora del transporte de oxígeno, y la capacidad del músculo para oxidar ácidos grasos como fuente primaria de energía (San Millán & Brooks, 2018).

¿Por qué es tan importante?

Aunque no se trata de una intensidad exigente, el entrenamiento en zona 2 genera una base sólida sobre la que se pueden construir mejoras en otras capacidades como la velocidad, el umbral anaeróbico o el VO₂max. 

Es el pilar del llamado entrenamiento polarizado, en el que el 80% del volumen se realiza en intensidades bajas y solo un 20% en intensidades altas (Seiler & Kjerland, 2006).

Zona 2 en running: beneficios clave y errores

Para los corredores, entrenar en zona 2 es mucho más que salir a trotar a un ritmo cómodo. 

Es una herramienta estratégica para mejorar la resistencia aeróbica, prevenir lesiones y acelerar la recuperación, especialmente cuando se aplica de forma estructurada dentro de un plan bien diseñado.

Beneficios de clave de correr en zona 2

Desarrollo de la base aeróbica: la zona 2 permite fortalecer el sistema cardiovascular, aumentar la densidad capilar y mejorar la eficiencia del corazón, lo que se traduce en una mejor economía de carrera a largo plazo.

Mejora de la oxidación de grasas: a esta intensidad, el cuerpo aprende a utilizar mejor las grasas como fuente de energía, lo que aumenta la autonomía del corredor y retrasa la aparición de la fatiga.

Estímulo mitocondrial: las mitocondrias son las centrales energéticas de las células musculares. Correr en zona 2 favorece su proliferación y función, lo que mejora la capacidad para sostener esfuerzos prolongados.

Recuperación activa sin desgaste excesivo: al no ser una zona estresante para el sistema nervioso ni para las articulaciones, permite acumular volumen de entrenamiento con un bajo riesgo de fatiga o sobrecarga.

Ideal para todos los niveles: tanto principiantes como corredores avanzados se benefician del trabajo en zona 2. Para los primeros, es el punto de partida perfecto; para los segundos, una herramienta para consolidar la forma y preparar el cuerpo para intensidades mayores.

Errores comunes al intentar entrenar en zona 2

Correr demasiado rápido por impaciencia o ego: Si no puedes mantener una conversación mientras corres, seguramente te has salido de la zona.

No usar herramientas de control: Sin un pulsómetro o una fórmula fiable, es fácil subestimar la intensidad real.

Entrenar siempre igual: El valor de la zona 2 está en su integración dentro de un plan variado y estructurado, no en repetir el mismo rodaje todos los días.

Aplicar correctamente la zona 2 en el running puede parecer sencillo, pero requiere autoconocimiento, control y constancia. Pero, ¿cómo saber si realmente estás corriendo en esta zona?, ¿qué herramientas puedes usar para calcularla con precisión?

¿Cómo saber si estás corriendo en zona 2?

Uno de los retos más comunes entre quienes empiezan a entrenar por zonas es identificar correctamente el rango de intensidad adecuado

Correr en zona 2 puede parecer fácil, pero muchas veces nos salimos sin darnos cuenta, sobre todo si no usamos herramientas de control o si el ego nos empuja a ir más rápido.

Existen varias formas de saber si estás entrenando dentro de tu zona 2.

Algunas requieren tecnología, otras se basan en sensaciones o test de campo. Aquí te las explicamos:

Cálculo por frecuencia cardíaca máxima (FCmáx)

Una forma habitual es usar el porcentaje de tu frecuencia cardíaca máxima:

  • Zona 2 ≈ 60–70% de tu FCmáx

Si no conoces tu FCmáx real, puedes usar la fórmula clásica:

FCmáx: 220 – edad

Aunque esta fórmula es orientativa y tiene un margen de error, puede servir como referencia inicial.


Si tienes 35 años → FCmáx estimada = 185 bpm
→ Zona 2 estaría entre 111 y 130 bpm aproximadamente

Ahora ya sabes qué es correr en zona 2, cómo identificarla, y por qué es una de las claves más poderosas —aunque a menudo subestimadas— del entrenamiento de resistencia. Aprender a entrenar de forma inteligente, sin necesidad de vaciarte en cada sesión, marca la diferencia entre mejorar de forma sostenible o quedarte estancado.

Pero esto es solo una pequeña parte del conocimiento que necesitas dominar si quieres trabajar con atletas híbridos o llevar tu rendimiento (o el de tus clientes) a un nivel superior.

Por eso, hemos creado el Máster en Entrenamiento Híbrido y Funcional, para que puedas convertirte en el profesional que sabe por qué, cuándo y cómo aplicar cada tipo de estímulo. Porque entrenar no es darlo todo, es saber exactamente cuánto y cuándo darlo.

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