Ozempic es el medicamento de moda en Estados Unidos para combatir la obesidad, popularizado por personajes públicos como Elon Musk, Oprah Winfrey, Kelly Osbourne y Kim Kardashian. Sin embargo, es crucial analizar si su uso es seguro, conocer sus efectos secundarios y ver en qué casos está realmente indicado.
Comprender los riesgos y beneficios del Ozempic no solo puede ayudarte a tomar decisiones informadas sobre tu salud, sino que también es fundamental para prevenir posibles complicaciones asociadas con su uso indebido, como pueden ser el aumento del riesgo de cáncer de tiroides.
En este artículo, te explicaremos cómo funciona este medicamento, en qué casos está indicado y qué alternativas existen, basándonos en estudios científicos.
Si buscas información confiable y práctica, sigue leyendo para descubrir todo sobre Ozempic.
¿Qué es el Ozempic y cómo funciona?
Ozempic es un medicamento cuyo principio activo es la semaglutida. Inicialmente desarrollado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, gracias a la acción que tiene sobre la insulina. Pronto se descubrió que también podía ayudar en la pérdida de peso al reducir el apetito y retrasar el vaciado gástrico.
Este efecto llamó la atención a la comunidad médica y de quienes buscan una solución rápida para adelgazar.
El fármaco actúa como un agonista de la hormona GLP-1, imitando su función. Después de comer, esta hormona regula la liberación de insulina, reduce la secreción de glucagón (una hormona que eleva el azúcar en sangre) y ralentiza el vaciado del estómago.
Al simular esta acción, Ozempic genera una sensación de saciedad, controla los niveles de glucosa y, con una dieta hipocalórica, facilita la pérdida de peso.
Cómo funciona Ozempic paso a paso:
1. Aplicación subcutánea: al inyectarse Ozempic, este se absorbe lentamente en el cuerpo.
2. Transporte en sangre: la albúmina, una proteína, transporta el medicamento hasta el páncreas.
3. Activación: en el páncreas, Ozempic interactúa con los receptores GLP-1 de las células beta pancreáticas, que son las que fallan en la diabetes estimulando la liberación de la insulina y enviando señales al cerebro para reducir el apetito.
4. Digestión lenta: el estómago procesa los alimentos más lentamente, manteniendo los niveles de glucosa estables y prolongando la sensación de saciedad. Esto ocurre porque los receptores GLP-1 también se encuentran en el estómago y tienen conexión directa con el cerebro gracias al nervio vago, haciendo que los movimientos del estómago sean más lentos.
Aunque suena prometedor, este medicamento no es una solución mágica.
Sin un cambio en los hábitos alimenticios y la incorporación de ejercicio, sus beneficios son limitados (estudio)
¿En qué casos se recomienda Ozempic?
Ozempic está aprobado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, más recientemente, para la obesidad en personas con un índice de masa corporal (IMC) elevado.
Sin embargo, no es adecuado para quienes solo desean perder «unos kilos» sin una razón médica. El uso indebido puede ser perjudicial y debe evitarse.
Indicaciones principales:
- Pacientes con obesidad (IMC ≥ 30) o sobrepeso (IMC ≥ 27) acompañado de comorbilidades como hipertensión, riesgo de enfermedad cardiovascular o dislipidemia. Las comorbilidades son enfermedades o condiciones adicionales que coexisten con una enfermedad principal. En este caso, pueden agravar los efectos del sobrepeso u obesidad y aumentar el riesgo de complicaciones, haciendo que el tratamiento sea más urgente y necesario.
- Personas con diabetes tipo 2 que necesiten mejorar el control de su glucosa en sangre.
Hay que recalcar que este medicamento debe usarse bajo supervisión médica, acompañado de un plan de alimentación saludable y de actividad física regular. Utilizarlo como una solución rápida para bajar de peso, sin un contexto clínico, es un grave error. (Estudio, estudio)
Los efectos secundarios y riesgos de Ozempic
El uso de Ozempic puede generar efectos adversos que van desde molestias gastrointestinales hasta complicaciones más serias. Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen:
Náuseas
Vómitos
Diarrea o estreñimiento
Hipoglucemia
Nasofaringitis
Obtenido de: Smits, M.M. y Van Raalte, D.H. (2021) “Safety of semaglutide”, Frontiers in endocrinology, 12, p. 645563. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fendo.2021.645563.
Riesgos más graves:
Pancreatitis: el aumento de lipasa pancreática puede asociarse con inflamación del páncreas.
Complicaciones de la retinopatía: los pacientes con diabetes deben tener especial precaución, ya que pueden experimentar un empeoramiento de esta afección. Debido a la rápida reducción de la hemoglobina glucosilada, un valor que indica si el metabolismo de la glucosa funciona mejor o peor.
Aumento de la frecuencia cardiaca: debido al efecto que tiene el Ozempic sobre algunos receptores presentes en el corazón y sobre el sistema nervioso autónomo, activando la vía simpática.
Problemas renales: en casos raros, se han reportado insuficiencia renal aguda.
Por esas razones, el uso de Ozempic debe limitarse a los casos en los que esté claramente indicado, por lo que hay que evitar emplearlo como un «atajo» para perder peso.
Controversias éticas y sociales
El auge de Ozempic ha generado debates sobre su uso en personas sin obesidad médica. Algunos puntos polémicos incluyen:
- Escasez del medicamento: la alta demanda para pérdida de peso ha provocado dificultades de acceso para pacientes con diabetes, quienes dependen de este medicamento para el manejo de su condición.
- Costo elevado: con un precio que puede superar el presupuesto de muchas familias, Ozempic se ha convertido en una opción inaccesible para gran parte de la población. Esto es especialmente preocupante en países con sistemas de salud que no cubren medicamentos de este tipo.
- Estigmatización del peso: la popularidad de Ozempic como solución rápida para adelgazar puede reforzar la percepción de que el peso corporal es el único indicador de salud. Esto no solo alimenta estereotipos dañinos, sino que también desvía la atención de enfoques más sostenibles, como la promoción de hábitos saludables.
Alternativas a Ozempic
Aunque Ozempic puede ser útil en contextos médicos específicos, no siempre es la mejor opción para todos los pacientes. Existen alternativas que pueden ofrecer resultados igual de efectivos y, en algunos casos, más sostenibles a largo plazo:
- Medicamentos similares: Wegovy, que también utiliza semaglutida, ofrece beneficios similares. Otros medicamentos como liraglutida (Saxenda) también se emplean para el control del peso, aunque con diferentes pautas de dosificación y perfiles de eficacia.
- Cambios en el estilo de vida: una estrategia basada en la combinación de una dieta equilibrada y ejercicio regular sigue siendo la opción más recomendada por los especialistas y aquí tienes un estudio que lo demuestra justamente con el entrenamiento híbrido. Estos cambios no solo contribuyen a la pérdida de peso, sino que mejoran la salud general, reducen el riesgo de enfermedades crónicas y fomentan la calidad y funcionalidad a largo plazo.
- Intervenciones médicas: en casos de obesidad severa, tratamientos como la cirugía bariátrica pueden considerarse. La cirugía bariátrica también cuenta con diversos efectos secundarios y graves problemas para la salud. Como hemos comentado anteriorment. Irá destinada a personas con obesidad severa y problemas de salud, siempre con una supervisión médica (estudio).
- Apoyo psicológico: muchas veces, el aumento de peso está relacionado con factores emocionales, o enfermedades como la ansiedad o la depresión o hábitos que se han consolidado con el tiempo. La terapia psicológica, junto con la educación nutricional, pueden ser la clave para abordar las raíces del problema y generar un cambio duradero.
Comparar el uso de Ozempic con estas alternativas resalta la importancia de un enfoque personalizado en el manejo del peso. Aunque pueda ser un atajo rápido para adelgazar, Ozempic no reemplaza los pilares fundamentales de una buena salud, además de que conlleva un gran número de complicaciones y efectos secundarios.
Se debería optar siempre por opciones no farmacológicas en un primer momento y, en función del caso y las complicaciones que conlleve la obesidad, recurrir a los especialistas médicos y seguir sus indicaciones..
Este medicamento no es sustitutivo de una buena alimentación y, sobre todo, de una dieta hipocalórica para bajar peso. El ejercicio físico, haya o no tratamiento farmacológico, deberá ser imprescindible para mejorar estos aspectos de salud y estética.
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