El metabolismo basal es uno de los conceptos más citados cuando se habla de nutrición, pérdida de grasa o ganancia muscular… y, paradójicamente, uno de los peor comprendidos.
Se le atribuyen culpas y virtudes sin matices: “tengo el metabolismo lento”, “a mí me cuesta quemar calorías”, “necesito activar mi metabolismo”. Pero detrás de esas frases hay una realidad fisiológica mucho más concreta y medible.
La Tasa Metabólica Basal (TMB) representa la cantidad mínima de energía que tu cuerpo necesita cada día para mantenerse con vida en condiciones de reposo absoluto.
No incluye el ejercicio, ni los pasos diarios, ni el estrés del trabajo. Habla de lo esencial: respiración, actividad del sistema nervioso, función cardíaca, mantenimiento celular y equilibrio hormonal.
Por eso, calcular correctamente el metabolismo basal no es un capricho ni una cifra orientativa más.
Es el punto de partida desde el que se construye cualquier estrategia seria de nutrición y entrenamiento. Sin esa base, el riesgo es claro: déficits excesivos, estancamientos, fatiga crónica o adaptaciones metabólicas que acaban jugando en tu contra.
En esta página no solo encontrarás una calculadora de metabolismo basal, sino el contexto necesario para entender qué significa ese número, cómo se obtiene y cómo utilizarlo con criterio. Porque en ENFAF no trabajamos con fórmulas sueltas, sino con decisiones informadas.
Calculadora Tasa Metabolismo Basal

Calcula tu gasto energético en reposo
Antes de hablar de entrenamientos, de calorías totales o de objetivos estéticos, hay una pregunta que conviene responder con precisión: cuánta energía gasta tu cuerpo simplemente por existir. Ese gasto es el que define tu metabolismo basal.
El gasto energético en reposo representa la mayor parte de las calorías que consumes a lo largo del día. Incluso en personas activas, la TMB puede suponer entre un 60 y un 75 % del gasto energético total. Por eso, cualquier cálculo calórico que no parta de aquí nace cojo.
La calculadora de metabolismo basal que tienes a continuación estima ese gasto teniendo en cuenta variables fisiológicas clave.
No pretende adivinar tu metabolismo ni etiquetarte como “rápido” o “lento”, sino ofrecerte un valor de referencia sólido, a partir del cual se pueden tomar decisiones inteligentes.
Entender tu gasto energético en reposo te permite:
- evitar déficits demasiado agresivos que comprometan la salud y el rendimiento,
- ajustar mejor la ingesta cuando el objetivo es ganar masa muscular,
- y contextualizar por qué, a veces, “comer poco” no se traduce en mejores resultados.
A partir de este punto, el número deja de ser una cifra aislada y pasa a convertirse en una herramienta práctica.
Calculadora de Metabolismo Basal (TMB)
Introduce tus datos en la calculadora y obtén tu Tasa Metabólica Basal estimada.
El resultado que verás representa la cantidad de energía —expresada en kilocalorías— que tu cuerpo necesita cada día en condiciones de reposo para mantener sus funciones vitales.
Es importante entender qué te está dando este número y qué no.
La TMB no es la cantidad de calorías que deberías consumir al día, ni tiene en cuenta tu nivel de actividad física, tu entrenamiento o tu estilo de vida.
Es el suelo energético sobre el que se construye todo lo demás.
Nuestra calculadora está diseñada para ofrecer una estimación coherente y actualizada, evitando simplificaciones excesivas que suelen dar lugar a errores comunes: dietas por debajo del gasto mínimo, estancamientos prolongados o una mala interpretación de lo que significa “comer poco”.
Una vez obtengas tu TMB, el siguiente paso será contextualizarla dentro de tu gasto energético total y de tus objetivos reales.
Ese proceso —y no el número aislado— es el que marca la diferencia entre improvisar y planificar con criterio.
¿Cómo funciona nuestra calculadora TMB?
Una calculadora de metabolismo basal solo es útil si el modelo sobre el que se construye es sólido.
No todas las fórmulas estiman lo mismo ni todas se apoyan en la misma evidencia científica, y ahí es donde aparecen muchas de las diferencias entre una cifra orientativa y una estimación realmente aprovechable.
Nuestra calculadora TMB utiliza ecuaciones validadas científicamente y ajustadas a variables fisiológicas reales, evitando atajos que distorsionan el resultado. El objetivo no es darte un número “bonito”, sino uno coherente con tu biología.
Datos necesarios para obtener tu TMB
Para estimar el metabolismo basal es imprescindible partir de variables que influyen directamente en el gasto energético en reposo.
La calculadora tiene en cuenta factores como el sexo, la edad, el peso corporal y la estatura, ya que todos ellos condicionan la cantidad de tejido metabólicamente activo y las demandas energéticas del organismo.
Estos datos permiten aproximar con bastante precisión el coste energético de mantener funciones vitales como la actividad neuromuscular, el metabolismo de los órganos o la regulación hormonal.
Cuantos más errores se cometen en este punto, más se arrastran después en el cálculo del gasto energético total.
Por qué es más precisa que una estimación manual
Las estimaciones manuales o “a ojo” suelen basarse en rangos genéricos o multiplicadores simplificados que no reflejan bien la realidad individual. Nuestra calculadora automatiza el proceso y aplica la fórmula correspondiente de forma exacta, reduciendo errores de cálculo y sesgos comunes.
Además, al partir de ecuaciones actuales y contrastadas, el resultado se aleja de modelos antiguos que tienden a sobreestimar o infraestimar el gasto basal, especialmente en personas con composiciones corporales alejadas de la media.
Ventajas frente a calorímetros y bioimpedancia
Los métodos de laboratorio, como la calorimetría indirecta, son el estándar de referencia para medir el metabolismo basal, pero no son accesibles para la mayoría de personas. Por otro lado, dispositivos de bioimpedancia o básculas “inteligentes” suelen ofrecer estimaciones muy variables, dependientes de la hidratación, el momento del día o el algoritmo propietario del fabricante.
La calculadora TMB se sitúa en un punto intermedio: no sustituye a una medición clínica, pero ofrece una estimación estable, reproducible y útil para la planificación nutricional y el entrenamiento, siempre que se interprete con criterio.
¿Qué es el Metabolismo Basal (MB) y para qué sirve?
El metabolismo basal es la cantidad mínima de energía que tu organismo necesita para mantenerse con vida en condiciones de reposo absoluto.
Hablamos de un estado teórico en el que no hay actividad física, digestión ni estímulos externos relevantes.
Solo lo esencial: respirar, mantener la temperatura corporal, sostener la actividad cerebral, el funcionamiento de los órganos y la renovación celular.
Aunque ese escenario no se da de forma estricta en la vida real, el metabolismo basal sigue siendo una referencia fundamental.
Representa el suelo energético por debajo del cual el cuerpo empieza a activar mecanismos de adaptación que pueden comprometer la salud, el rendimiento y la composición corporal.
Conocer tu MB no sirve para encasillarte, sino para entender desde dónde partes y qué margen real tienes para ajustar tu alimentación o tu entrenamiento sin entrar en terrenos problemáticos.
Diferencia entre metabolismo basal y gasto energético total
Uno de los errores más comunes es confundir el metabolismo basal con el gasto energético total.
El metabolismo basal solo contempla la energía necesaria para las funciones vitales en reposo, mientras que el gasto energético total (GET) incluye además la actividad física, el movimiento diario, el efecto térmico de los alimentos y otros factores como el estrés o el contexto hormonal.
En otras palabras: la TMB es la base, pero no es el todo. Construir una dieta directamente sobre el metabolismo basal, sin tener en cuenta el gasto total, suele conducir a déficits excesivos o a una mala interpretación de las necesidades reales del cuerpo.
¿Por qué es importante conocer tu TMB?
Porque sin ese dato cualquier cálculo calórico es, en el mejor de los casos, una aproximación burda.
La TMB permite establecer un punto de referencia desde el que ajustar la ingesta energética de forma progresiva y controlada, evitando errores frecuentes como comer sistemáticamente por debajo de las necesidades mínimas o compensar mal los cambios de peso y composición corporal.
Además, entender tu metabolismo basal ayuda a desmontar mitos muy extendidos: no existe un “metabolismo roto” por comer poco durante unas semanas, pero sí adaptaciones metabólicas cuando se ignora de forma crónica el coste energético real del organismo.
Cómo calcular el Metabolismo Basal: métodos y fórmulas
El metabolismo basal no se calcula al azar ni mediante reglas universales válidas para todo el mundo.
A lo largo del tiempo se han desarrollado distintas fórmulas para estimar el gasto energético en reposo, cada una basada en poblaciones, contextos y metodologías diferentes.
Todas ellas buscan lo mismo —aproximar cuánta energía necesita el cuerpo en reposo—, pero no todas ofrecen el mismo grado de precisión ni se adaptan igual a la realidad actual. Por eso es importante entender qué fórmula se utiliza y por qué.
Fórmula de Pavlidou (la más actual y precisa)
La fórmula de Pavlidou es una de las propuestas más recientes para estimar la tasa metabólica basal y destaca por apoyarse en datos más actualizados y en modelos estadísticos ajustados a poblaciones modernas.
A diferencia de ecuaciones clásicas, esta fórmula reduce ciertos sesgos habituales en personas con mayor masa muscular, con porcentajes de grasa alejados de la media o con diferencias marcadas entre sexos.
Por ese motivo, es especialmente útil en contextos de entrenamiento, recomposición corporal y planificación nutricional individualizada.
Nuestra calculadora de metabolismo basal prioriza este tipo de enfoque, buscando una estimación más cercana a la realidad fisiológica y menos dependiente de supuestos generales.
Otras fórmulas comunes (Mifflin-St Jeor, Harris-Benedict)
Las fórmulas de Mifflin-St Jeor y Harris-Benedict han sido durante años las más utilizadas para calcular el metabolismo basal. Mifflin-St Jeor, en particular, sigue considerándose una opción válida y relativamente precisa en la población general.
Sin embargo, ambas ecuaciones fueron desarrolladas en contextos distintos al actual y tienden a presentar desviaciones en ciertos perfiles, especialmente en personas entrenadas, con alta masa libre de grasa o con cambios corporales significativos a lo largo del tiempo.
Esto no las convierte en fórmulas “incorrectas”, pero sí en modelos que deben interpretarse con cautela y siempre como una aproximación.
Cálculo del metabolismo basal en hombres
En los hombres, el metabolismo basal suele ser más elevado debido a una mayor proporción de masa libre de grasa, especialmente músculo esquelético, que es metabólicamente más activo que el tejido adiposo.
Las fórmulas de cálculo tienen en cuenta esta diferencia fisiológica, pero el valor final sigue dependiendo de variables individuales como el peso corporal, la estatura y la edad.
Por eso, dos hombres de la misma edad pueden tener TMB muy distintas si su composición corporal o su historial de entrenamiento no es comparable.
Cálculo del metabolismo basal en mujeres
En el caso de las mujeres, el metabolismo basal está influido no solo por la masa corporal y la estatura, sino también por factores hormonales y por una distribución distinta de la masa grasa y magra.
Las ecuaciones específicas permiten ajustar estas diferencias, evitando comparaciones erróneas o expectativas poco realistas.
Es importante recalcar que un metabolismo basal más bajo no implica peor salud ni menor capacidad de cambio corporal; simplemente refleja diferencias fisiológicas normales.
Beneficios de conocer tu metabolismo basal
Conocer tu metabolismo basal cambia la forma en la que te relacionas con la comida, el entrenamiento y tus propios resultados.
Deja de ser una cuestión de intuición o de copiar dietas ajenas y pasa a ser un proceso basado en datos reales.
El primer gran beneficio es la personalización de la dieta. Saber cuántas calorías necesita tu cuerpo en reposo permite ajustar la ingesta energética y la distribución de macronutrientes de forma coherente con tu fisiología.
No es lo mismo construir un déficit ligero que sostener un superávit orientado a ganar masa muscular, y sin una referencia clara es fácil pasarse por exceso o por defecto.
A nivel de entrenamiento, la TMB ayuda a ajustar la carga y el volumen con mayor precisión.
Cuando el gasto energético está mal estimado, aparecen señales típicas de desajuste: estancamientos, mala recuperación, fatiga acumulada o pérdida de rendimiento. Con una base energética bien definida, el entrenamiento deja de ir a ciegas.
Otro punto clave es la gestión del peso corporal. Tanto en fases de pérdida de grasa como de mantenimiento, conocer el metabolismo basal permite evitar déficits demasiado agresivos que comprometan la masa muscular, la función hormonal o la adherencia a largo plazo.
El objetivo no es comer lo mínimo posible, sino lo necesario para que el cuerpo responda.
Además, la TMB actúa como un sistema de alerta frente a desbalances energéticos prolongados.
Dietas crónicamente por debajo del gasto basal pueden generar adaptaciones metabólicas, alteraciones en el apetito y una relación cada vez más conflictiva con la comida. Entender este umbral ayuda a prevenir errores frecuentes y silenciosos.
Por último, conocer tu metabolismo basal facilita la adaptación del plan cuando tu cuerpo cambia. A medida que varía el peso, la composición corporal o el nivel de actividad, la TMB también se modifica.
Tener este dato como referencia permite reajustar sin improvisar y optimizar la composición corporal de forma sostenible, ya sea ganando músculo, perdiendo grasa o buscando un equilibrio funcional.
Beneficios de conocer tu metabolismo basal
Personalización real de tu dieta y de los macronutrientes
Conocer tu metabolismo basal te permite dejar atrás las dietas genéricas y empezar a trabajar con una base energética adaptada a tu cuerpo. La TMB marca el mínimo desde el que se construye cualquier estrategia nutricional coherente, ya sea en déficit, mantenimiento o superávit.
A partir de ese dato, la distribución de macronutrientes deja de ser arbitraria. La ingesta de proteínas, hidratos y grasas se ajusta con lógica fisiológica, no por modas ni porcentajes universales que ignoran las diferencias individuales.
Ajuste del entrenamiento según tus objetivos y tu energía disponible
El entrenamiento no existe en el vacío: depende directamente de la energía que entra y de la que el cuerpo puede sostener. Cuando la TMB está mal estimada, aparecen problemas clásicos como falta de recuperación, estancamientos prolongados o fatiga constante.
Tener clara tu tasa metabólica basal permite programar el entrenamiento con mayor precisión, ajustando volumen e intensidad a la energía realmente disponible y evitando pedirle al cuerpo más de lo que puede dar de forma sostenible.
Gestión saludable del peso corporal
Uno de los errores más frecuentes en procesos de pérdida de grasa es confundir comer menos con comer mejor. Conocer tu metabolismo basal ayuda a construir déficits energéticos razonables, evitando caer por debajo de umbrales que comprometen la masa muscular, el sistema hormonal o el rendimiento.
En fases de mantenimiento o ganancia de peso ocurre lo mismo: la TMB actúa como referencia para no quedarse corto ni pasarse por exceso, algo clave cuando el objetivo es ganar músculo sin acumular grasa innecesaria.
Prevención de desbalances energéticos y déficits peligrosos
Dietas mantenidas durante tiempo por debajo del metabolismo basal pueden generar adaptaciones metabólicas, alteraciones en el apetito y una relación cada vez más conflictiva con la comida. Estos procesos no siempre son inmediatos, pero sí acumulativos.
Conocer la TMB permite identificar ese límite inferior y usarlo como una barrera de seguridad, especialmente en contextos de alta exigencia física o estrés prolongado.
Capacidad de adaptación cuando tu cuerpo cambia
El metabolismo basal no es una cifra fija. Cambia con el peso corporal, la masa muscular, la edad y el nivel de actividad. Tenerlo como referencia facilita reajustar el plan nutricional y de entrenamiento cuando el cuerpo evoluciona, en lugar de seguir aplicando fórmulas que ya no encajan.
Esto es especialmente relevante en procesos largos, donde la capacidad de adaptación marca la diferencia entre progresar o estancarse.
Optimización de la composición corporal
En última instancia, conocer tu metabolismo basal te da control. Permite tomar decisiones informadas para ganar masa muscular, perder grasa o mejorar el rendimiento sin improvisar ni depender de soluciones rápidas.
No se trata de obsesionarse con un número, sino de entenderlo como una herramienta estratégica dentro de un proceso bien planteado.
Cómo usar tu TMB para calcular el gasto energético total (GET)
Una vez conoces tu metabolismo basal, el siguiente paso lógico es sacarlo del reposo y llevarlo a la vida real. Porque, aunque la TMB sea la base, nadie vive en reposo absoluto. Te mueves, entrenas, trabajas, comes, gestionas estrés. Todo eso suma gasto energético.
El gasto energético total (GET) es el resultado de añadir a tu metabolismo basal el coste energético de tu actividad diaria y de tu entrenamiento. Es la cifra que realmente te interesa cuando el objetivo es planificar una dieta funcional, sostenible y alineada con lo que haces cada día.
Actividad física y factores que aumentan el gasto energético
El GET se construye aplicando un factor de actividad sobre la TMB. Este factor no mide solo cuántas horas entrenas, sino el contexto global de movimiento: trabajo físico o sedentario, número de pasos diarios, volumen e intensidad del entrenamiento y nivel general de actividad.
Aquí es donde muchas personas fallan. Sobreestimar la actividad conduce a consumir más calorías de las necesarias; infraestimarla suele acabar en déficits excesivos y mala recuperación.
El objetivo no es inflar el número, sino representar tu realidad diaria con honestidad.
Tabla rápida de factores de actividad
Los factores de actividad son una herramienta práctica para convertir el metabolismo basal en gasto energético total.
Van desde valores bajos en personas con vida mayoritariamente sedentaria hasta factores más altos en quienes entrenan con frecuencia y tienen un alto nivel de movimiento diario.
No deben entenderse como etiquetas rígidas, sino como rangos orientativos. Dos personas que entrenan lo mismo pueden necesitar factores distintos si su contexto fuera del gimnasio es diferente.
Cuántas calorías necesitas según tu objetivo
Una vez estimado el GET, el ajuste calórico depende del objetivo. Para pérdida de grasa, se trabaja con un déficit moderado que permita progresar sin comprometer masa muscular ni rendimiento.
Para mantenimiento, la ingesta se aproxima al gasto total, buscando estabilidad. En fases de ganancia de masa muscular, se aplica un superávit controlado que favorezca la síntesis de tejido sin generar excesos innecesarios.
En todos los casos, el metabolismo basal sigue actuando como referencia de seguridad. El GET te dice cuánto gastas; la TMB te recuerda hasta dónde es razonable recortar o construir.
Calcular tu metabolismo basal no es un fin en sí mismo, sino el primer paso para tomar decisiones energéticas con sentido. La TMB no define tu destino ni determina tus resultados por sí sola, pero sí establece el punto de partida desde el que cualquier estrategia nutricional o de entrenamiento debería construirse.
Cuando entiendes qué representa ese número y cómo se relaciona con tu actividad diaria, el ruido desaparece. Dejas de moverte entre dietas extremas, estimaciones aleatorias o ajustes improvisados, y empiezas a trabajar con una base fisiológica real. El metabolismo basal pone contexto a tus sensaciones, a tus estancamientos y también a tus progresos.
La calculadora de metabolismo basal es una herramienta. Su valor no está en el número que devuelve, sino en cómo lo utilizas: para ajustar tu ingesta, para respetar los límites del cuerpo y para construir procesos sostenibles en el tiempo. Porque el progreso no viene de comer cada vez menos o entrenar cada vez más, sino de entender mejor cómo funciona tu organismo.
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Preguntas frecuentes (FAQ) sobre Metabolismo Basal y TMB
¿Cómo puedo sacar mi metabolismo basal?
Puedes calcular tu metabolismo basal (TMB) utilizando una calculadora que aplique fórmulas validadas científicamente a partir de datos básicos como edad, sexo, peso y altura. Estas fórmulas estiman cuántas calorías necesita tu cuerpo en reposo absoluto para mantener funciones vitales como la respiración, la circulación o la actividad del sistema nervioso.
La medición directa del metabolismo basal solo es posible mediante calorimetría indirecta en un entorno clínico, por lo que en la práctica cotidiana se utilizan estimaciones matemáticas suficientemente precisas para planificación nutricional y de entrenamiento.
¿Cuál es el metabolismo basal ideal en mujeres?
No existe un metabolismo basal ideal universal para mujeres. El TMB depende principalmente de la masa corporal, la masa libre de grasa, la edad y la estatura, no del sexo por sí solo.
En términos generales, las mujeres suelen presentar un TMB algo menor que los hombres del mismo peso debido a una menor proporción de masa muscular, pero dentro del sexo femenino hay una gran variabilidad. Por eso, comparar tu TMB con el de otras mujeres no tiene utilidad práctica; lo relevante es conocer tu valor individual y trabajar a partir de él.
¿El metabolismo basal cambia con la edad o el peso?
Sí. El metabolismo basal disminuye progresivamente con la edad, principalmente por la pérdida de masa muscular si no se entrena fuerza. También cambia cuando varía el peso corporal, especialmente si ese cambio afecta a la masa magra.
Además, periodos prolongados de déficit calórico, enfermedades, alteraciones hormonales o inactividad física pueden reducir el TMB de forma transitoria o sostenida. Por eso, recalcularlo periódicamente es clave cuando hay cambios relevantes en el cuerpo o en el estilo de vida.
¿Qué fórmula es la más precisa para calcular el TMB?
Actualmente, las fórmulas más utilizadas y fiables en población general son Mifflin-St Jeor y las fórmulas más recientes ajustadas por sexo y composición corporal. Frente a fórmulas más antiguas como Harris-Benedict, las ecuaciones modernas tienden a ajustarse mejor a la realidad metabólica actual.
Aun así, ninguna fórmula sustituye una medición directa. Todas ofrecen una estimación, no un valor exacto, y deben interpretarse como punto de partida, no como verdad absoluta.
¿Es lo mismo BMR y TMB?
Sí. BMR (Basal Metabolic Rate) y TMB (Tasa Metabólica Basal) se refieren exactamente al mismo concepto. La diferencia es únicamente de idioma: BMR es el término en inglés y TMB el equivalente en español.
Ambos describen el gasto energético mínimo necesario para mantener las funciones vitales en reposo absoluto.
¿Cómo aumentar mi metabolismo basal de forma natural?
La forma más eficaz y sostenida de aumentar el metabolismo basal es incrementar o mantener la masa muscular, ya que el tejido muscular es metabólicamente más activo que el tejido graso.
El entrenamiento de fuerza regular, una ingesta proteica adecuada, evitar déficits calóricos extremos y mantener niveles correctos de actividad física diaria ayudan a preservar el TMB. No existen suplementos ni “trucos” que aumenten el metabolismo basal de forma significativa sin estos pilares.
¿Cuántas calorías debo consumir como mínimo al día?
No existe una cifra mínima universal válida para todas las personas. Consumir de forma crónica por debajo del metabolismo basal puede provocar adaptaciones metabólicas negativas, pérdida de masa muscular, fatiga y alteraciones hormonales.
Como regla general, la ingesta energética debería situarse por encima del TMB, incluso en fases de pérdida de grasa, ajustando el déficit de forma controlada y temporal.
¿Por qué mi TMB es bajo o alto
Un TMB puede ser más bajo de lo esperado por baja masa muscular, edad avanzada, historial de dietas restrictivas, sedentarismo o factores hormonales. Por el contrario, suele ser más alto en personas con mayor masa magra, estatura elevada o alta actividad física previa.
Un TMB alto o bajo no es “bueno” ni “malo” en sí mismo; simplemente describe cómo funciona tu cuerpo y permite ajustar mejor la nutrición y el entrenamiento a tu realidad fisiológica.