En este artículo te vamos a contar las ventajas y desventajas del entrenamiento funcional para ayudarte a decidir si realmente esta modalidad se adapta a ti y a tus objetivos.
El entrenamiento funcional es un tipo de entrenamiento muy sonado y que ha llamado la atención en los últimos años. El entrenamiento funcional, según el experto Michael Boyle, establece un propósito y objetivos concretos y prioriza el trabajo con el propio peso corporal, pesos libres, movimientos multiarticulares, fuerza, potencia y que tenga transferencia a los movimientos cotidianos y deportivos.
Pero, ¿realmente es lo que necesitas? Para obtener una respuesta, es importante conocer los beneficios e inconvenientes del entrenamiento funcional, por eso, te las contamos a continuación.

Ventajas del entrenamiento funcional
Para aclarar tus dudas sobre el entrenamiento funcional y decidas dar el paso a probar este tipo de entrenamiento, vamos a comenzar mostrándote sus ventajas.
Mejora la funcionalidad diaria
Esta modalidad de entrenamiento se basa en realizar movimientos que replican las actividades cotidianas o deportivas. Como pueden ser agacharse, levantar objetos por encima de la cabeza, subir escaleras, llevar las bolsas de la compra o coger cajas pesadas del suelo y moverlas.
Realizar durante el entrenamiento ejercicios que recreen estos movimientos del día a día, primero con el propio peso corporal y después progresando con peso libre, van a permitir entrenar la fuerza con sentido. Va a permitir, además, entrenar los músculos de la misma manera que luego son utilizados en nuestros movimientos diarios.
Mejora la funcionalidad diaria
La mejora de la funcionalidad diaria va a traer consigo una mejora de la calidad de vida.
La evolución de la sociedad actual ha traído consigo un aumento de las acciones sedentarias, pasamos mucho tiempo sentados, lo que conlleva a que aumente la inactividad física.
Incluir ejercicios funcionales que recreen acciones diarias va a permitir que nuestro cuerpo esté preparado para poder afrontarlo, y que así no te dé un latigazo en la espalda por agacharte a recoger el lavavajillas. Por ello, llevar a cabo una rutina de entrenamiento funcional va a mejorar el estrés y salud mental, es decir, va a mejorar la calidad de vida (estudio).
Fortalecimiento del core
El core es una de las piezas clave a trabajar en el entrenamiento funcional.
El core se encarga de funciones como la estabilización del tronco, la postura corporal, mantener el equilibrio, mejorar la propiocepción, servir de protección para la región abdominal y mejorar el proceso respiratorio. Trabajar el fortalecimiento y estabilización del core permite potenciar todas sus funciones.
Reduce el riesgo de lesiones
Gracias al fortalecimiento del core se va a ver mejorada la biomecánica del tronco y de las extremidades inferiores. Fortalecer el core supone un mayor control del tronco y una disminución del valgo de rodilla, es decir, aporta estabilidad a la rodilla, lo que permite prevenir lesiones como las relacionadas con el ligamento cruzado anterior de la rodilla (estudio).
Por otro lado, el realizar ejercicios con pesos libres y no en máquinas va a favorecer la reducción de lesiones.
Puede que los defensores del entrenamiento en máquinas se apoyen en la idea de que el trabajo en máquina es más seguro porque estabiliza al atleta, sin embargo, al aportar la estabilización la máquina y no el propio atleta, es muy probable que provoquen un mayor número de lesiones durante la práctica del deporte o de las actividades diarias.
El entrenamiento funcional e incluir ejercicios que fortalezcan el core se convierten en una herramienta eficaz para reducir el riesgo de lesiones durante el ejercicio y la vida diaria.
Enfoque integral
En el entrenamiento funcional se entrenan movimientos, no músculos. Entiende el cuerpo como un todo que interviene al completo en todos los movimientos que se hagan.
Por ejemplo, cuando vamos andando y el pie entra en contacto con el suelo, no solo actúan los músculos del pie y la articulación del tobillo, sino que todos los músculos del tren inferior actúan impidiendo que el tobillo y la rodilla colapsen, lo que acabaría en caída.
Todos los músculos y articulaciones trabajan de manera conjunta para desacelerar o ralentizar la flexión de rodilla, tobillo y cadera. No trabajan de manera aislada, sino que trabajan en equipo para conseguir un objetivo común, que, en este caso, es la marcha y mantener la estabilidad.
Por ello el entrenamiento funcional se basa en ejercicios multiarticulares, que permiten un desarrollo más armónico del cuerpo.
Versatilidad y adaptabilidad
Uno de los puntos fuertes del entrenamiento funcional es la posibilidad de practicarlo en cualquier lugar. No solo se reduce su práctica al gimnasio, sino que puede entrenarse en casa, al aire libre incluso disponiendo de poco material.
Materiales básicos como bandas elásticas, TRX, balones medicinales, chalecos lastrados, discos deslizantes, escaleras de agilidad, mancuernas o kettlebells son herramientas útiles y de fácil acceso que permiten estructurar un buen entrenamiento funcional.
Individualización: desventajas del entrenamiento funcional
Otra de las razones de peso es la gran capacidad de individualización y especificidad de los entrenamientos. Permite adaptarse a objetivos muy concretos lo que lo hace accesible para todas las personas, independientemente de su edad, nivel o estado de salud.
De hecho en personas mayores, donde las funciones y capacidades físicas se van viendo deterioradas, el entrenamiento funcional de fuerza puede resultar muy interesante para prevenir la sarcopenia, distintos problemas de salud y mejorar masa muscular, fuerza y rendimiento (estudio).
También puede interesarte cómo adaptar el entrenamiento funcional para mujeres en diferentes etapas de la vida.
Desventajas del entrenamiento funcional
Sin embargo, no todo son beneficios, y como en cualquier modalidad deportiva y de entrenamiento, existen contras. Tenemos que tener también en cuenta las desventajas del entrenamiento funcional, te las contamos aquí abajo.
Dependes de un profesional capacitado
Esta modalidad de entrenamiento se basa en realizar movimientos que replican las actividades cotidianas o deportivas. Como pueden ser agacharse, levantar objetos por encima de la cabeza, subir escaleras, llevar las bolsas de la compra o coger cajas pesadas del suelo y moverlas.
Realizar durante el entrenamiento ejercicios que recreen estos movimientos del día a día, primero con el propio peso corporal y después progresando con peso libre, van a permitir entrenar la fuerza con sentido. Va a permitir, además, entrenar los músculos de la misma manera que luego son utilizados en nuestros movimientos diarios.
Riesgo de lesión por mala técnica
El riesgo de lesión es un arma de doble filo en el entrenamiento funcional.
Aunque hemos podido comprobar anteriormente que puede ser una herramienta muy útil para prevenir lesiones, la realidad es que si te estás iniciando o no estás familiarizado con los ejercicios con pesos libres, existe riesgo de lesión por la falta de técnica y la dificultad de los movimientos.
Progresión más limitada
Aunque el entrenamiento funcional permite el aumento progresivo de la carga con pesos libres, si nos basamos en el padre del entrenamiento funcional y sus recomendaciones, Michael Boyle, entre sus objetivos principales no se encuentran el aumento de la carga ni la hipertrofia, sino que se encamina más hacia la realización correcta de la técnica de los ejercicios, velocidad de ejecución, control y potencia.
Menor enfoque en hipertrofia muscular
Como hemos podido comprobar en el punto anterior, el entrenamiento funcional según lo plantean los expertos, no se enfoca en objetivos como la hipertrofia o ganancia de masa muscular.
Aunque estos pueden ser una consecuencia natural del entrenamiento funcional, la realidad es que se enfoca a objetivos más relacionados con la readaptación de lesiones, ganancia de estabilidad y transferencia a deportes o a la vida cotidiana.
El entrenamiento funcional como tal, va a ser cualquier entrenamiento que tenga un propósito y objetivos adaptados a tus características y necesidades. Dicho esto, y antes de decidir por qué modalidad decantarte, te recomendamos que te pares y reflexiones sobre tus objetivos personales.
Independientemente del tipo de entrenamiento que pongas en práctica, establece correctamente los objetivos que quieras conseguir o que quieras alcanzar con tus clientes. Todo lo que esté bien pensado, definido e individualizado va a ser funcional.
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