Disfunción del suelo pélvico
Bien se sabe que la disfunción del suelo pélvico (DSP) es uno de los primeros problemas ginecológicos en las mujeres. Esto es causado por la debilidad en los tejidos por parte del SP (suelo pélvico). Además, conforme la edad avanza, los problemas como incontinencia urinaria y prolapso de órganos pélvicos aumentan.
Primeros entrenamientos del suelo pélvico
A finales de 1940, Arnold Kegel, (muchos conoceréis los famosos ejercicios de Kegel) describió por primera vez el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico, ayudando a prevenir o tratar todas las disfunciones del suelo pélvico, como la incontinencia urinaria y el prolapso de órganos pélvicos.
Hasta ahora, grandes revisiones de nivel 1 y evidencia A han demostrado como el entrenamiento de SP ayuda a disminuir fuertemente los problemas incontinencia urinaria y prolapsos de órganos pélvicos, por lo que podríamos decir que, efectivamente, el entrenamiento del SP es una gran estrategia para prevenir estos problemas en las mujeres.
Los hipopresivos entran en escena
En 1980, el Dr. Marcel Caufriez, desarrolló la técnica hipopresiva, clasificada actualmente como un método respiratorio. Se lanzó la hipótesis de que los hipopresivos disminuyen la presión intra abdominal y, con ello, ayuda a activar la musculatura abdominal y del suelo pélvico. Además, se dice que hipopresivos + la apnea, son capaces de activar musculatura postural. Con todo esto, los beneficios descritos a los hipopresivos son la ayuda contra la incontinencia urinaria, prolapsos de órganos pélvicos y, mejorar la diástasis de los músculos abdominales.
Todo esto, ha llevado a que exista un inmenso interés mundial por el público, generando una gran comunidad de personas que practican hipopresivos.
Cómo se realizan los hipopresivos
Principalmente, se realizan en 3 posiciones:
- Supina
- Sentado
- De pie
Los brazos y piernas también varían de posición.
Los ejercicios hipopresivos implican:
- Inspiración diafragmática.
- Espiración total del aire
- Contracción gradual del músculo transverso e intercostal con ascenso del hemidiafragma junto a una apnea.
Pero realmente, ¿qué nos dice la evidencia al respecto?
Pues, aunque exista este interés tan grande a nivel mundial, hasta la fecha, falta mucha práctica basada en la evidencia para ver estos beneficios.
Para hacer un repaso, veremos tres artículos, que resumen la poca evidencia que tenemos hasta la fecha sobre los hipopresivos en distintos temas.
En 2017, Saul Martin y Kari Bo, hicieron un muy buen artículo explicando la poca evidencia que tenemos al respecto sobre hipopresivos y el tratamiento del suelo pélvico, concluyendo lo siguiente:
“Sin duda, existe un gran interés mundial del público y la comunidad clínica sobre hipopresivos, sin embargo, hasta la fecha, los hipopresivos carecen de evidencia científica que sustente sus beneficios. En esta etapa, los hipopresivos se basan en una teoría con 20 años de práctica clínica. Concluimos que en la actualidad no existe evidencia científica para recomendar su uso a los pacientes. Este tratamiento en particular actualmente ilustra el fenómeno de que no todos los tratamientos recomendados están basados en evidencia científica”
No obstante, desde 2017 han ido saliendo más y más estudios y, para ello, vamos a ver dos revisiones más sobre este tema de manera más actualizada.
Uno será de Kari Bo et al en noviembre de 2022, y el otro de Jonathan Antonio Salazar Zuñiga en 2023
En el primer caso, en la revisión de Kari Bo, buscó ver si los hipopresivos como otros programas de ejercicios eran eficaces para el tratamiento del prolapso de órganos pélvicos. Haciendo una revisión actualizada en la evidencia disponible, Kari Bo concluyó lo siguiente:
“Hay pocos ensayos controlados aleatorizados que evalúen los efectos de otros programas de ejercicio además del entrenamiento de suelo pélvico en el tratamiento del prolapso de órganos pélvicos. Hasta la fecha, no hay evidencia de que otros programas de ejercicios sean más efectivos que los ejercicios de suelo pélvico para prolapso de órganos pélvicos”
Por otro lado, en el estudio de Jonathan buscaron hacer una revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados sobre la reducción de síntomas de incontinencia urinaria y mejora de la calidad de vida en mujeres menopáusicas. Para esta revisión, solo encontraron tres estudios de calidad moderada por GRADE (Grades of Recommendation, Assessment, Development, and Evaluation) y sus conclusiones fueron las siguientes:
“Fue sintetizada una evidencia moderada del ejercicio abdominal hipopresivo para mejorar los síntomas de incontinencia urinaria y calidad de vida en mujeres adultas menopáusicas. Sin embargo, se requieren más ensayos clínicos aleatorizados para determinar la efectividad y dosificación de un programa de hipopresivos en esta población”
Tenemos que saber que esta revisión fue buscada para mujeres menopáusicas, por lo que no es aplicable a todos los grupos de población.
Por ejemplo, tenemos un estudio reciente de diciembre de 2022 en mujeres de 18 a 60 años con presencia de disfunción de suelo pélvico donde observaron que las mujeres que hicieron hipopresivos disminuyeron los síntomas asociados a la disfunción del suelo pélvico respecto al grupo control. Además, las mujeres que realizaron hipopresivos, mostraron una mejor contractilidad de suelo pélvico y una disminución de la gravedad y los síntomas asociados con la incontinencia urinaria.
Importante destacar que una limitación de todos estos estudios es que no pueden ser cegados, por lo que puede haber siempre un pequeño riesgo de sesgo.
Con toda esta evidencia tratada en el blog de hoy, podemos concluir que, aun que los ejercicios hipopresivos sean ejercicios muy extendidos a nivel mundial, necesitamos más evidencia para confirmar sus beneficios en cuanto a incontinencia urinaria y prolapso de órganos pélvicos.
Esperamos que hayas aprendido mucho en el blog de hoy. Como siempre, gracias por el tiempo dedicado a la lectura.
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