Los somatotipos identificados son muchos, por lo tanto resulta muy complicado identificar a una persona que tenga todas las características tales de ser estandarizada en una sola forma corporal.
La parte comportamental ha sido cuestionada por muchos expertos, así como la clasificación morfológica.
A pesar de eso, hasta la fecha sigue siendo muy utilizado en los gimnasios y por algunos profesionales.
Independientemente de la validez científica detrás de este argumento, es necesario citar brevemente la clasificación de los tres somatotipos:
- ectomorfo
- mesomorfo
- endomorfo
ECTOMORFO, MESOMORFO Y ENDOMORFO
El ectomorfo es un sujeto típicamente delgado, con los músculos poco desarrollados y generalmente alto de estatura.
La parte de carácter reside en su sympathetic dominance, por lo tanto se presenta generalmente agitado, introvertido y reservado.
El mesomorfo, es el somatotipo que todos que todo el mundo quiere. Se presenta con un cuerpo musculoso, una forma a V-shape y un aspecto maduro.
La personalidad asociada a este somatotipo describe al sujeto como una persona aventurera, competitiva, preparada para los desafíos y probar nuevas experiencias.
El endomorfo, de lo contrario, es el somatotipo con el que nadie desea identificarse. El cuerpo se presenta generalmente con una ratio FFM/FM (masa muscular sobre masa grasa) desfavorable, por lo tanto suele estar predispuesto a la acumulación de tejido adiposo y son, en general, más sociables respecto a los mesomorfos y a los ectomorfos.
¿Qué somatotipo soy?
¿Cómo podemos saber a qué categoría de somatotipo pertenecemos?
Según Sheldon, cada individuo posee unas componentes que pueden insertarlo en un determinado somatotipo más que en otro, a causa de la predominancia de un determinado componente fenotípico sobre los demás.
La clasificación se basa en la observación del fenotipo de un individuo, por lo tanto la representación de la expresión de sus genes.
Sheldon ideó una secuencia de 3 números x – x – x, donde el primero se refiere al endomorfismo, el segundo al mesomorfismo y el tercero al ectomorfismo.
Los números, que definen el grado de pertenencia al somatotipo, pueden ir desde 1 hasta 7, donde 7 se considera como máximo:
- 7-1-1 identifica un puro endomorfo
- 1-7-1 identifica un puro mesomorfo
- 1-1-7 identifica un puro ectomorfo
Obviamente, esta es una clasificación «ideal», pues la mayoría de las personas tiene un somatotipo intermedio:
mesomorfo/ectomorfo,
ectomorfo/mesomorfo
endomorfo/mesomorfo.
Un método que va más allá del de Sheldon es el de Health y Carter, que toma en consideración algunas medidas antropométricas, sucesivamente incluidas en fórmulas matemáticas, por lo tanto se separa del concepto puramente fenotípico.
Somatotipo: aspectos prácticos
En línea general no hay una necesidad real de medir con los cálculos la propia forma corporal, con solo mirarse al espejo podemos tener una idea.
Una forma más alta y delgada podría identificar un ectomorfo, una forma muy atlética con poca grasa y buena masa muscular un mesomorfo, una forma más redonda un endomorfo.
Pero yendo aún más a la práctica, conocer precisamente a cuál somatotipo pertenecemos, no cambiará los esfuerzos y la dedicación que se pueden invertir en un camino de mejora estética y/o de rendimiento.
El somatotipo no es suficiente para justificar resultados distintos en términos de performance y composición corporal entre dos sujetos.
Todo lo contrario, no hay evidencias científicas que relacionen el somatotipo con la tasa metabólica basal, que por consiguiente puedan justificar la facilidad de ganar peso de un endomorfo respecto a la dificultad del ectomorfo.
El distinto BMR entre los diferentes sujetos puede ser el resultado de una distinta composición corporal, que con dieta y mejora del rendimiento en el entrenamiento, mejora con el tiempo.
Idealmente, un individuo clasificable al principio como endomorfo, progresando en los entrenamientos, tendrá una composición corporal totalmente distinta, un mejor reparto de los nutrientes y por lo tanto más dificultad para engordar a igualdad de peso y calorías ingeridas.
Además, variando la relación FFM/FM (masa muscular sobre masa grasa), mejora el rendimiento estético hasta alejarse (cuanto sea posible) del somatotipo inicial y acercarse a otro (ej: de endomorfo a ectomorfo-mesomorfo).
Dieta y entrenamiento
A menudo se piensa que un ectomorfo tiene que entrenar de una manera, un mesomorfo de otra y un endomorfo tiene que hacer una dieta o una rutina particular
¡No es así!
Los principios del entrenamiento y de la alimentación son universales y valen a pesar del aspecto físico de una persona
Lo que sí es verdad, es que cada persona es única y tiene unas características que hacen más o menos eficaces ciertos estilos de entrenamiento o dieta.
Por ejemplo un sujeto ectomorfo podría ser un considerado como un individuo muy alto, con extremidades largas, un metabolismo «rápido», NEAT elevado y que se llena fácilmente: por lo tanto deberíamos actuar de consecuencia eligiendo ciertos ejercicios, ROM, densidad de los alimentos, estrategias alimenticias, etc.
Sin embargo no se debe generalizar, una persona podría ser muy alta con brazos muy largos, pero al mismo tiempo tener un «metabolismo lento«.
Es súper importante entender a quién tenemos delante y que cada persona es única, la personalización de dieta y entrenamiento deben hacerse sobre él y sus características, no basándose en clasificaciones físicas y métodos cerrados y estandarizados.
LO REALMENTE IMPORTANTE
Lo que de verdad es importante en lo que será la estética de nuestro físico es:
- El número de adipocitos: determinado especialmente por los hábitos alimenticios durante los primeros años de vida
- La distribución de los adipocitos: muchos sujetos almacenan la grasa en en sitios que «empeoran» la estética respecto a otros
- Potencial de desarrollo muscular: determinado genéticamente
- Inserción de los músculos: que tiene un rol fundamental en la estética global del cuerpo (ej. pecho amplio, bombeo lateral del cuádriceps, etc.)
Lo importante es no perderse detrás de una simple clasificación del cuerpo e intentar buscar un planteamiento lo más personalizado posible.
Es fundamental acercarse al entrenamiento y a la alimentación basándose en la propia fisiología y no en la forma del cuerpo, que por sí misma nos da muy pocas informaciones.
Además, tenemos que considerar el punto de partida:
- Si empezamos como Skinny Fat (pocos músculos respecto al tejido adiposo) y principiantes
Es necesario dedicar tiempo a aprender a entrenar y mejorar el rendimiento en el gimnasio.
La dieta podría ser normocalórica o ligeramente hipocalórica. Una vez aprendidos los principales movimientos, gracias a las ganancias típicas iniciales, podría darse una mejora de la composición corporal incluso durante una dieta para definir o adelgazar.
- Un ectomorfo
Que presenta pocos adipocitos, puede empezar con una dieta para aumentar masa muscular, mejorando el rendimiento en el gimnasio.
- Si empezamos con mucha masa grasa y buena masa muscular
podemos pensar inicialmente en un mini cut, intentando mantener la intensidad durante los entrenamientos.
El punto clave cuando intentamos mejorar la composición corporal, es lograr encontrar el mejor término medio entre masa grasa, masa muscular y compliance en mantener o mejorar la forma física ganada con el tiempo, además de aceptar los límites que la genética (y no los somatotipos) impone.
Publicación revisada por:
- Dr en Actividad Física y Deporte (UB).
- MSc. (DEA) en Metodología de la Investigación en Actividad Física y Deporte (UdL).
- Profesional Colegiado nº11137 COPLEFC.
- Orientador y Evaluador de Competencias Profesionales de actividades físico-deportivas.