En la antigua Grecia, los grandes filósofos de la época como Galeno estudiaron al ser humano con mucha precisión, y lo describían como “Animal de carne sensible y automoviente, erguido en una posición bipedestante“. Para el griego clásico, la salud, la belleza y un cuerpo fuerte y sano eran los bienes supremos.
El estudio se aunaba con el culto al cuerpo generando su propia filosofía, convirtiéndose así en una sociedad adelantada a su tiempo
"El cuerpo debe hallar la fuente de conocimiento que lo dote belleza, salud y fuerza"
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Desde ENFAF
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